Cómo te diré que aquella flor, que era nuestra amor, se marchitó, que el pájaro de sueños que tuvimos ya voló, que el vino estimulante del deseo se acabó.
Cómo te diré que mis ojos se cansaron de llorar, que ya mis brazos se durmieron de esperar crucificado en la agonía de tu adiós, de tu tal vez, de tu quizás.
Cómo te diré que ya no hay leña en el árbol de la fe, que la mortaja del recuerdo me probé, que ya en la tumba del pasado me acosté.
Cómo te diré que aquel amor que había lo perdí, que ya no quiero saber más de ti.
